“LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA GRUPALIDAD”

DESDE LAS MIRADA DEL DOCENTE/TUTOR

“LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA GRUPALIDAD”

“LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA GRUPALIDAD”
“LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA GRUPALIDAD”
“LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA GRUPALIDAD”
“LA CONVIVENCIA ESCOLAR Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA GRUPALIDAD”

DESDE LAS MIRADA DEL DOCENTE/TUTOR

Sobre el grupo, lo grupal y la grupalidad en la escuela

En el ámbito escolar surgen situaciones que involucran  a grupos e individuos dejando al descubierto diferentes tipos de problemáticas sociales que no son abordadas por los docentes por considerarse “ajenas” a las funciones del mismo. Lo cierto es que quizás no todos los docentes cuenten con herramientas adecuadas para su desempeño en la coordinación de grupos pero debemos entender que, además de “estudiantes”,  tenemos frente a nosotros y compartimos el espacio áulico con un “grupo”.  Estas problemáticas de diferentes índoles, atraviesan, muy a nuestro pesar, y de lado a lado nuestros espacios, tornándolos poco aptos para el desempeño adecuado de nuestras tareas. Se crean climas no aptos para el proceso de enseñanza y de aprendizaje. No permiten un adecuado flujo de información  ya que la comunicación se ve desfavorecida. Nos vemos obligados a implementar alternativas de urgencia que, en la mayoría de los casos, si no logramos un ajuste en las conductas a través de mecanismos de sanción, terminan siendo dichas curas “peor que la enfermedad”. Nos vemos obligados así a confirmar  hipótesis negativas previamente elaboradas (“con estos pibes no se puede…”, “este curso es bravo, lo conozco del año pasado…”, “es un curso muy heterogeneo…”).

Así las cosas, se hace necesario poder tomar decisiones en torno a cómo definir “grupo” en el ámbito escolar. Si tomamos aportes generales desde la psicología social, tendremos que grupo es un “Conjunto restringido de personas que ligadas por constante de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, se propone en forma explícita o implícitamente una tarea que constituye una finalidad, interactuando a través de mecanismos de asunción y adjudicación de roles”. Pero la escuela y sobre todo el aula en situación de clase,  remite con claridad a un escenario donde la enseñanza toma cuerpo y lo pedagógico se visibiliza de diferentes y variadas maneras. Esta especificidad adjudicada a la escuela y el aula, determina un cierto nivel de análisis que complejiza el abordaje de los grupos en dichos ámbitos. Pero la sustancia y potencia que intenta aporta el campo de “lo Grupal” al territorio de “lo pedagógico” no ha sido dimensionado en su totalidad.  Quizás debido a la multiplicidad de factores que atraviesan el “hecho pedagógico” y la forma como ha sido abordado desde una matriz cultural signada por lógicas fragmentarias y una noción de sujeto construida desde el positivismo.

Como plantea Marta Souto, concebir “lo grupal” como campo donde los acontecimientos son atravesados por subjetividades, intersubjetividades sociales, institucionales e históricas, nos acerca a la posibilidad de una abordaje dialectico sostenido por el paradigma de la complejidad que permite una lectura no lineal de los fenómenos que allí suceden.  Lo Grupal en la escuela y el aula, entonces, aparecerá caracterizado por ser un “campo de interconexiones, de entrecruzamientos de lo individual, lo institucional, lo social, donde surgen acontecimientos y procesos compartidos (imaginarios, reales, etc) entre sujetos que persiguen objetivos comunes de aprendizaje”

Se configura así un escenario con características propias de los grupos en la escuela. Se establecen relaciones, existe un saber que se desea incorporar, compartir. Existen sujetos con deseos y/o potencia de “saber”, se reúnen personas con una finalidad que da sentido a dicho encuentro y surge la tarea como componente estructurante, Toma forma así, el “espacio educativo” que requiere de cierta organización instrumental y que se inscribe en una realidad institucional: LA ESCUELA.

Pero en dichos grupos, como ya adelantamos, confluyen un sinnúmero de complejidades que inciden en cada uno de los aspectos sustanciales del fenómeno grupal, generando diferentes niveles y posibilidades de caracterización, muchas de ellas signadas por los conflictos. Vínculos, comunicación, participación no desarrollados, objetivos no pertinentes al ámbito específico, etc. Se identifican así, diferentes niveles de “grupalidad”.

Los grupos son dinámicos, dialécticos, procesuales y la “grupalidad” intentará dar cuenta de dicha dinámica, desde una perspectiva de intervención educativa. Si finalmente consideramos que “lo grupal” debe ser tenido en cuenta en todo escenario educativo pedagógico, “la grupalidad” será pues nuestra propuesta de desarrollo, lo que deberemos ayudar a construir,  vivenciar y disfrutar. No obstante, los grupos escolares, son a pesar de … y despliegan muchas veces, conductas grupales que se riñen con lo instituido o pretende instituir la escuela, generan un clima áulico poco saludable y conflictos internos que tienden a escalar en su intensidad produciendo mayor fragmentación interna y no pocas veces y no en pocos integrantes, el deseo expreso de no ser parte del grupo. Las dinámicas de baja intensidad de grupalidad, obturan, boicotean y tornan insalubre el escenario áulico y es indispensable ejercer ahí una intervención docente.

Hablamos de construir grupalidad en una institución escolar que genera alto grado de condicionamiento como las obligaciones, con líder impuesto (profesor), el agrupamiento por edad y el grado de escolaridad alcanzado (la gradualidad), el número de integrantes del curso, la organización temporal, la organización curricular homogénea, la organización espacial áulica, etc. Todas y cada una de ellas puestas hoy en observación en esta tarea de repensar la escuela secundaria.

Sumemos a este nivel de organización la característica del rol docente que las más de las veces no perciben la clase como grupo sino como suma de individualidades y muestra de ello es que muy difícilmente los problemas de conducta que ciertos sujetos integrantes del grupo presentan, sean tema para el tratamiento consciente de la “grupalidad” que transitan y el único mecanismo de intervención sea el pedido de sanción individual, el “extirpar” al disruptivo, la utilización de la regla y la norma como elemento coercitivo en vez de incluirlas como elementos que permiten la construcción de lo social y grupal.

Para lograr que “lo grupal” se inserte en la vida institucional escolar es necesario poder dimensionar, entonces, que debemos poner en la agenda de la formación  docente esta perspectiva de desarrollo. Tomar la iniciativa de acompañar el rol y función del docente generando espacios para la incorporación de herramientas, desarrollo de estrategias para transversalizar y sostener los niveles saludables de la grupalidad en las aulas y escuela toda.

Es que, pensar lo grupal para construir grupalidad, es generar un espacio de escucha, de real participación, de despliegue de intereses, de diálogo permanente, de reconocimiento mutuo, le da lugar a la alegría, genera el deseo de ser parte, potencia el aprendizaje, permite aprender de los conflictos, es respetar las diferencias, propicia la circulación del “poder” y el liderazgo, es desarrollar la responsabilidad y la autonomía, es poder construir sujetos sociales.

Sobre las herramientas y estrategias en manos del tutor/docente:

En primera instancia definimos como intervención posible, la inclusión de una herramienta específica en manos del tutor/docente. Nos referimos a las técnicas de grupo. “Se definen como técnicas grupales a las maneras, procedimientos o medios sistematizados de organizar y desarrollar la actividad del grupo, sobre la base de conocimientos suministrados por la teoría de Dinámica de Grupo” Las técnicas grupales como estrategias se constituyen en un conjunto de normas y procedimientos prácticos, útiles para facilitar y perfeccionar la acción cuando se requiere trabajar desde una lógica en la que los participantes deben construir conjuntamente, posturas, opiniones, reflexiones, modos de pensar, entre otros, de una temática o problemática que se está abordando. Así mismo son el conjunto de medios, instrumentos y procedimientos que, aplicados al trabajo colectivo sirven para identificar las dificultades personales y cómo estas influyen en el grupo, movilizar la estructura de éste cuando se halla paralizada o estancada y favorecer el alcance de los objetivos propuestos.

La potencialidad de las técnicas es que permite generar no solo el conocimiento previo, académico o elaborado desde un aprendizaje sistemático sino todo aquel que ha sido construido desde hechos significativo en la interacción de un sujeto con sus entornos: familiar, social, laboral, escolar y cultural.

Las técnicas grupales se constituyen en la posibilidad de trascender la palabra, convertir las experiencias colectivas en espacios para la lúdica, la creatividad y la recreación, fortaleciendo una visión integral del desarrollo humano.

Su utilidad está dada por la finalidad que se persigue dentro de un proceso de indagación  o de intervención, se materializa en los objetivos con los cuales se diseña y se implementa; sin embargo como estrategia para el trabajo grupal se pueden plantear las siguientes utilidades:

  • Permite los diálogos de saberes: lo que implica que nadie tiene la verdad absoluta, de ahí que todas las participaciones, e interacciones sean importantes en tanto genera la interlocución entre todos.
  • Posibilita explorar los modos diversos en que los grupos construyen desde lo cultural, social, individual y grupal fortaleciendo los lazos de la interacción y el intercambio de ideas, saberes y conocimientos.
  • Da valor a la experiencia y sostiene que toda experiencia puede ser traducida a conocimiento.
  • Viabiliza intercambios, negociación de significados, elaboración de consensos, lo que facilita la interacción y la construcción colectiva
  • Permite aprender a modificar los propios esquemas cognitivos y emocionales a partir del encuentro con los otros.
  • Da seriedad y profundidad al buscan la reflexión y la discusión organizada de grupo.
  • Fortalecer la cohesión grupal y promueve la pertenencia.
  • Conlleva a superar el estancamiento de la dinámica de grupo.

Sobre los escenarios posibles:

Hablamos de la escuela como organización e institución educativa y por lo tanto, aquí y ahora decimos que lo grupal es inherente a toda la comunidad educativa. Por lo tanto, si bien nos hemos referido al aula, en el preciso momento que decidamos hacer efectiva la intervención, comenzará a impactar en la comunidad educativa. Por tal razón consideramos que parte de la estrategia de implementación de dichas prácticas de intervención, debe incluir su visibilización y comunicación. Reconocer e identificar intervenciones que, de una u otra manera, aportan a la propuesta y que suelen suceder en el ámbito escolar y por diferentes razones no lograr ser generalizadas, no se hacen conscientes o son poco valoradas como ciertas experiencias directas, los talleres como propuesta pedagógicas, los campamentos, las convivencias escolares en diferentes ámbitos, los docentes que deciden modificar su geografía áulica, las reuniones de padres/ madres, reuniones docentes con formatos no convencionales entre otros. Pues, si bien es urgente lograr que el aula se vea atravesada, no será el único y primer espacio posible de ser el escenario que un tutor, asesor pedagógico o docente decida habitar con estas prácticas.

La escuela es uno de los principales ámbitos para la implementación de estrategias preventivas dedicadas al desarrollo de actitudes y mejoramiento global de la calidad de vida de las personas, los grupos y la comunidad toda. Todo proceso grupal atraviesa diferentes momentos. De lo que se trata, es de facilitar el crecimiento del grupo, para pasar de espacios relativamente ‘dependientes’ a espacios de mayor ‘interdependencia’, participación, cooperación y autogestión, de un mayor protagonismo del docente, al mayor protagonismo del grupo.

Prof. Paul Dani

Referencia bibliográfica:

Morin, E. (1984), Ciencia con conciencia. Barcelona, Antropos, Editorial del Hombre.

Riviere Pichón, E. (1985) El Proceso Grupal. Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión.

Souto de Asch, M. (1993) Hacia una didáctica de lo grupal. Buenos Aires, Miño y Dávila.

Villa Verde, A. ,(1997) Dinámica de grupo y educación. (p.78) Buenos Aires: Lumen Hymanitas.

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Paul Dani

Director de Grupo Eco´s - Recración Ambiental.

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